viernes, 11 de noviembre de 2011

10.El lobo se comió a la abuelita

Oh, no, Alex nos miraba con rabia, dispuesto a acabar con nosotros. ¿Qué podríamos hacer? Yo apenas sabía defenderme y Dereck... bueno, él era un caso a parte. Entonces, cuando creía que todo estaba perdido, mis colmillos afloraron y emití un gruñido. Él pareció acomplejarse durante unos segundos, pero luego volvió a adoptar su postura defensiva. Las garras se le clavaban en el suelo y en sus fauces, crecían cada vez más los afilados dientes.
"Derek, en cuanto te diga, sales pitando detrás de mí". Le dije mentalmente (Otra de las formas de comunicarnos entre vampiros conocidos).
Esperamos unos segundo más y le di la señal de alarma.
Corrimos más rápido que la luz, pero, por lo visto, Alex también lo hacía. Nos dirigimos a un barranco . Quizá allí podríamos despistarle. Avanzamos entre las coníferas que cubrían el paisaje por un intento de huir del lobo, cuando nos encontramos con Pauline. Sonreía de oreja a oreja. Le sacábamos unos segundos de ventaja al licántropo, lo cual nos permitió intercambiar unas palabras con ella:
"Alex, perseguirnos, ¡¡¡matarnos!!!" Consiguió decir Derek.
Pauline lo comprendió todo, y se dispuso a plantarle cara al odioso Alexander. Sacó sus brillantes caninos y se los hincó en el cuello varias veces. El lobo aulló de dolor.
Yo no podía hacer nada. Me quedé petrificada porque para mí hacer daño a un licántropo, era como hacer daño a Will. Lo único que estaba en mi mano hacer era curar las heridas que les propinaban a mis compañeros. después de un buen rato intentando inmovilizarle, cosa que fue imposible, Pauline salió disparada por los aires, y acto seguido, ya estaba en frente de mí. Me quedé atónita y pestañeé varias veces.
"Luego te lo explico. Ahora, dame la mano. ¡Derek! Dame la mano". Le gritó mientras me miraba con sus ojos violeta a la luz de la luna.
Nos dimos los tres la mano, y nuestros cuerpos empezaron a desmaterializarse poco a poco mientras Alex nos miraba atónito cómo desparecíamos ante sus ojos.

*

Aparecimos en la cabaña. Me sentí extraña al poner de nuevo los pies sobre la tierra.
"¿Qué ha sido eso?" Le pregunté completamente perpleja.
"Mi Don. Cuando Alex saltó sobre mí, mi cuerpo experimentó un cambio asombroso y me vi materializada en otro sitio. Como vi que era inútil seguir luchando contra él, decidí que debíamos irnos para que no nos hiciese puré."
"Buena reflexión, yo ya estaba desesperada." Le expliqué.
Me sonrió. Al parecer, no le interesaba el porqué de que yo no hubiese participado en la lucha. O eso, o es que ya sabía por qué.
"Lena, ¿me oyes? Hay uno aquí que dice conoceros a ti y a Derek. ¿Tienes idea de quién puede ser?" Oí la voz de Will en mi cabeza como el resonar de unas campanas.
"Por cierto..." Dijo Derek. Le hice una seña con la mano para que se callase.
"Ahora mismo, no tengo ni idea. ¿Por?" Le contesté.
" Creo que deberías venir.  Estoy en el sector central del bosque, al lado del gran río en el que nos encontramos por primera vez con Pauline y Sarah. Ven lo más rápido que puedas con Pauline, Derek, Sarah y... el gran águila. A lo mejor lo conocéis." Finalizó.
Les comuniqué rápidamente la noticia y Pauline levantó la ceja ligeramente. Ya sabía a lo que se refería. Asentí con la cabeza, le di la mano, y juntos nos desmaterializamos en el espacio.

L

No hay comentarios:

Publicar un comentario