lunes, 14 de noviembre de 2011

22. La salvación

Yo me fui detrás de Lena para ver a donde iba. Cuando llegó a su destino observé que iba a ayudar a una chica que estaba tendida en el suelo y a dos chicos, uno que estaba tendido en el suelo ya otro que estaba ayudando a la chica. Decidí acercarme al lado de Lena y le pregunté:
-¿Quienes son?
Tardó un rato en responder y dijo:
-Son Sarah, Jake y un chico que no se quién es.
-Y, ¿por qué no les ayudamos?
-Pues no sé, ¿les podríamos ayudar?
-Pues venga,¿ a qué esperamos?
Yo tenía muchas ganas de ayudarlos y más después de saber que dos de ellos eran mis amigos. Así que nos dispusimos a ayudarlos. Para ello los llevaríamos a la cabaña y allí los curaríamos. Nos dimos cuenta de que ninguno podía andar, así que yo que era un licántropo llevaría  a dos hasta la cabaña y allí los curaría Lena con sus remedios. Ella se fue sin perder tiempo cargada de Sarah a la cabaña a preparar los ungüentos para curarlos.
Sarah, que para mí era la que peor estaba, tenía mordiscos por todos los lados y estaba sangrando mucho, le quedaba un halo de vida. Cuando llegué Lena ya tenía preparado todo. Le dije:
-Concéntrate bastante con ella que es la que peor está.
-Lo intentaré.-dijo ella.


Los ungüentos eran una tapadera para que nadie se diese cuenta de que yo hacía magia. Derek se dirigió al bosque de nuevo y yo empecé a crear chispas azuladas que regeneraban la piel y los órganos. Una vez hecho esto, cree otras amarillas que extraían la pus y a continuación unas verdes que cerraban la piel.
Me concentré a fondo y mis manos empezaron a desprender llamaradas de fuego azul, el fuego de la vida. Las acerqué a Sarah y ésta empezó a mover sus extremidades, seguido de el pestañeo. Ya estaba finalizado el ritual. El fuego lo que había hecho era bajarle la fiebre y revivir sus almas al instante.
Sarah me miró extrañada, pero al final se relajó y dejó que su cuerpo se relajara, hasta el punto de quedar dormida, así que le soplé un viento mágico y cayó en un profundo sueño que duró tres días.
Suponía que lo que soñaría sería con sus fantasías, pero nunca se sabía, porque si su mente estaba dañada, dormiría con pesadillas, pero si era al contrario, pasaría unos momentos increíbles mientras dormía.

Procedí del mismo modo con Jake, que apenas estaba herido, y con Gabriel, hermano de Sarah por lo que él me contó. Gabriel estaba desnutrido y maltratado, por lo que tuve que estar con él más tiempo. Con un simple hechizo de fuerza, éste recuperó su energía vital y volvió a ser el mismo que era: un chico fuerte y robusto.
Salí de la habitación y me encontré con Derek.
"¿Qué tal están?" Me preguntó.
"Bien, están todos descansando. No hay que molestarles hasta que ellos mismos despierten de su letargo."Le expliqué.
"Mmm... Interesante. Por cierto, ¿cómo es que no me atacas ni me miras con mala cara?"
"Pues, para serte sincera, hay una explicación de magos y otra, que es la mía. La de los magos asegura que cuando bebes sangre del corazón de un licántropo, eres incapaz de hacer daño a nadie." Relaté. " La mía dice que como Will es mi novio y le amo, no puedo hacer daño a ninguno que sea como él, porque cuando veo lobos, no sé por qué, pero le veo a él también en cada uno de ellos." Le dije."Por cierto, ándate con ojo con Pauline. Ella no está enamorada de ningún lobo y no dudará en arrancarte la cabeza."
Derek tragó saliva asustado y se fue de la cabaña. ¿Cuánto tardaría en volver Will? Estaba inquietada


Laura
Aquí todo el mundo piensa, pero nadie razona.

Dani
La amistad al poder.

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